miércoles, 27 de abril de 2016

Actitud



 ¡Sentirte bien es una actitud! Es importante poner de nuestra parte para sentirnos bien. ¡Solo hay que cambiar 3 pequeñas cosas! 
1. Sonríe. La sonrisa es súper importante para afrontar con buena actitud los problemas. Aunque esos problemas nos generen estrés y nos agobien, poner una sonrisa en nuestro rostro va a hacer que lo veamos todo de un punto de vista distinto. 
2. Actúa. Solemos quejarnos mucho de los problemas, y a veces, cuanto más nos quejamos más grande los hacemos, y seguro que no son para tanto. Cuanto menos nos quejemos y más soluciones intentemos encontrar, mejor. ¡Hay que dejar de quejarnos y actuar!

3. ¡A por todas! Cuando fallamos en algo o no nos ha salido como nosotros queremos, dejamos de luchar o no tenemos tanta fuerza para hacerlo. Pensad que todo lo que vale la pena no viene solo, y hay que dar mucho para poder conseguirlo. Si sale mal, la próxima vez saldrá mejor porque habré dado mucho más de mí 

sábado, 19 de marzo de 2016

Dibújate una sonrisa para vivir mejor!



  1. Si estás cansado, dibuja flores.
  2. Si estás enojado, dibuja líneas.
  3. Si te duele algo, esculpe.
  4. Si estás aburrido, llena una hoja de papel con colores diferentes.
  5. Si estás triste, dibuja un arcoíris.
  6. Si tienes miedo, teje macramé o elabora aplicaciones de telas.
  7. Si sientes angustia, haz una muñeca de trapo.
  8. Si estás indignado, rompe el papel en pedazos pequeños.
  9. Si estás preocupado, practica origami.
  10. Si estás tenso, dibuja patrones diferentes.
  11. Si necesitas recordar algo, dibuja laberintos.
  12. Si estás decepcionado, haz una réplica de una pintura.
  13. Si estás desesperado, dibuja caminos.
  14. Si necesitas entender algo, dibuja mandalas.
  15. Si necesitas restablecer las energías, dibuja paisajes.
  16. Si quieres entender tus sentimientos, dibuja un autorretrato.
  17. Si es importante recordar tu estado, dibuja manchas de colores.
  18. Si necesitas sistematizar tus pensamientos, dibuja celdas o cuadrados.
  19. Si quieres entender tus deseos, haz un collage.
  20. Si quieres concentrarte en tus pensamientos, dibuja usando puntos.
  21. Para encontrar la solución óptima a una situación, dibuja olas y círculos.
  22. Si sientes que estás estancado y necesitas seguir adelante, dibuja espirales.
  23. Si quieres concentrarte en una meta, dibuja cuadrículas y un blanco.
  24. Recuerda: Sonrie para vivir mejor!

EL SILENCIO DE DIOS


Cuenta una antigua Leyenda Noruega, acerca de un hombre llamado Haakon, encargado de cuidar una ermita en la que había una cruz muy antigua a la que acudía la gente para orar con mucha devoción a Cristo. 
      
Un día el ermitaño Haakon, se arrodillo ante la cruz y dijo: Señor, quiero padecer por ti. Déjame ocupar tu lugar, quiero reemplazarte en la cruz.
      
El Señor abrió sus labios y habló. Sus palabras cayeron de lo alto, susurrantes y amonestadoras: Amado hijo, accedo a tu deseo, pero ha de ser con una condición. ¿Cual, Señor?, preguntó Haakon. ¿Es una condición difícil?  ! Estoy dispuesto a cumplirla con tu ayuda, Señor!, respondió el viejo ermitaño. 
      
Escucha: suceda lo que suceda y veas lo que veas, has de permanecer siempre en silencio. 
Haakon contestó: Os, lo prometo, Señor! Y se efectuó el cambio. 
      
Nadie advirtió el cambio. Nadie reconoció al ermitaño, colgado en la cruz. El Señor ocupaba el puesto de Haakon. Y este por largo tiempo cumplió el compromiso. A nadie dijo nada. 
     
Pero un día, llego un rico y al irse después de haber orado, se olvidó su billetera.Haakon lo vio y calló. 
Dos horas después vino un pobre, vio la billetera y se la quedó.
Tampoco dijo nada cuando un muchacho se postró ante él poco después para pedirle su bendición antes de emprender un largo viaje.            
En ese momento volvió a entrar el rico en busca de su billetera. Al no encontrarla, pensó que el muchacho se la había apropiado. El rico se dirigió al joven y le dijo acusadoramente!Dame la billetera que me has robado!. El joven sorprendido, replicó: ¡No he robado nada! ¡No mientas, devuélvemela enseguida!.       
     
¡Le repito que no he tomado ninguna billetera!, afirmó el muchacho. El rico arremetió furioso contra él. Pero en ese instante, se escucho una fuerte voz: ¡Detente! 
     
El rico miró hacia arriba y vio que la imagen le hablaba. Haakon, que no pudo permanecer en silencio, gritó, defendió al joven, increpó al rico por la falsa acusación. El rico se quedó anonadado y salió de la ermita. El joven salió también porque tenía prisa para emprender su viaje.       
     
Cuando la ermita se quedó a solas, Cristo se dirigió a su siervo y le dijo: Baja de la Cruz. No sirves para ocupar mi puesto. No has sabido guardar silencio. 
     
Señor, - dijo Haakon - ¿Como iba a permitir esa injusticia?
Cambiaron de nuevo el puesto. Jesús ocupó la cruz de nuevo y el ermitaño se quedó allí de pie. 
     
El Señor, siguió hablando: Tu no sabias que al rico le convenía perder la bolsa, pues llevaba en ella el precio de la virginidad de una joven mujer. El pobre, por el contrario, tenía necesidad de ese dinero e hizo bien en llevárselo; en cuanto al muchacho que iba a ser golpeado, sus heridas le hubiesen impedido realizar el viaje que para él resultaría fatal. En este momento acaba de hundirse el barco y él ha perdido la vida. Tú no sabias nada. Yo si. Por eso callo. Y el Señor nuevamente guardó silencio.